LA DIGNIDAD DE LOS PUEBLOS FRENTE A LA GUERRA DE AMENAZAS
LA DIGNIDAD DE LOS PUEBLOS FRENTE A LA GUERRA DE AMENAZAS
En el ajedrez geopolítico del siglo XXI, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos se han convertido en el campo de batalla de una nueva guerra, librada no con tanques y aviones, sino con amenazas económicas, sanciones y campañas de desprestigio. En este escenario, Venezuela se alza como un bastión de resistencia, un ejemplo de la lucha de los países con gobiernos independientes que se niegan a arrodillarse ante las exigencias del imperio estadounidense y sus aliados occidentales.
El desespero de los grandes capitales por controlar las mayores reservas de petróleo del planeta ha llevado a acciones que rozan el terrorismo de Estado. El intento de criminalizar al liderazgo venezolano, con ofertas de recompensa por la captura de figuras clave como el presidente Nicolás Maduro Moros, el ministro de Defensa Wladimir Padrino López y el líder del PSUV Diosdado Cabello Rondón, no es más que una muestra de la frustración de quienes ven en la Revolución Bolivariana un obstáculo para su política de sometimiento y esclavismo moderno.
La principal preocupación de estos poderes occidentales es la política exterior de Venezuela, basada en el multilateralismo y el respeto a la soberanía de las naciones. Esta postura representa una amenaza directa a la hegemonía estadounidense, acostumbrada a dictar las normas del juego global. La Revolución Bolivariana ha demostrado que es posible construir una alternativa, una que protege la no injerencia en los asuntos internos de los países y promueve la cooperación genuina entre iguales.
Lo que más irrita a Occidente es el fracaso de sus tácticas de "máxima presión". Han intentado de todo: sabotaje económico, hiperinflación inducida, pauperización de los salarios, escasez de alimentos y medicinas, robo de activos y el congelamiento de cuentas internacionales. Sin embargo, la unidad cívico-militar del pueblo venezolano ha logrado superar cada uno de estos desafíos. El robo del oro venezolano y los intentos de magnicidio no han hecho más que fortalecer la convicción de un pueblo decidido a defender su patria.
A pesar de los ataques, Venezuela ha demostrado una notable capacidad de recuperación y resiliencia. En el ámbito económico, la hiperinflación ha sido derrotada y la escasez de productos básicos es cosa del pasado. El país ha logrado recuperar gradualmente sus activos, abrir cuentas en naciones aliadas y diversificar sus exportaciones, comerciando en monedas distintas al dólar. Esta estrategia ha permitido un crecimiento sostenido de la economía durante 17 trimestres consecutivos, un logro impresionante bajo las circunstancias más adversas.
La historia de la Revolución Bolivariana es la historia de una victoria constante contra las fuerzas que intentan doblegarla. Ha derrotado a los capitales internos aliados y a los grandes capitales de Occidente, demostrando que la dignidad, la resistencia y la autodeterminación son las armas más poderosas de un pueblo. El camino de Venezuela es una inspiración para todos los países que luchan por su independencia, un faro que ilumina la posibilidad de un futuro libre de amenazas y de injerencia extranjera.
EDV-NOTICIAS
Jesús Fernando Rodríguez Prieto
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