EL NOBEL DE LA PAZ BAJO LA LUPA



El Nobel de la Paz bajo la Lupa 

Un Galardón Cuestionado por la "Guerrerista"

“Artículo de Opinión”

El reciente anuncio del Premio Nobel de la Paz 2025, que recayó en la líder opositora venezolana María Corina Machado, ha desatado una ola de controversia internacional, convirtiendo lo que debería ser un faro de conciliación en un punto de profunda polarización política. 

La distinción, supuestamente reservada para quienes promueven la fraternidad entre naciones y la abolición de ejércitos, es ahora el objeto de un contundente rechazo por parte de líderes políticos, intelectuales y, lo que es más significativo, por un laureado anterior del mismo galardón, el argentino Adolfo Pérez Esquivel.

La crítica central que resuena en diversos ámbitos —desde la Casa Blanca hasta figuras de la izquierda regional— apunta a la presunta "politización" del Comité Noruego del Nobel. 

Para muchos, premiar a Machado, una figura que ha solicitado públicamente la intervención militar extranjera en Venezuela (una petición a Benjamín Netanyahu a través de una carta y otra a Donald Trump que ella misma ha reconocido), es una traición al espíritu fundacional del premio.

La Voz Moral de Adolfo Pérez Esquivel

En este escenario de fuego cruzado, la voz del activista argentino Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz en 1980 por su lucha contra las dictaduras militares en América Latina, emerge como un cuestionamiento moral de peso insoslayable.

Pérez Esquivel ha rechazado la condecoración de Machado con una claridad que desarma cualquier intento de justificación: «no la reconozco en ninguna actitud de trabajar por la paz».

Su afirmación de que Machado hizo "lo contrario a lo que significa el Nobel de la Paz" al "pedir a Trump y Netanyahu que intervinieran en Venezuela" pone el dedo en la llaga. 

Pérez Esquivel, víctima de persecución y tortura durante la dictadura argentina, conoce de primera mano el horror de la violencia estatal y la injerencia extranjera.

Su postura no es solo política; es la reafirmación de que el Nobel de la Paz es, o debería ser, para quienes construyen puentes, no para quienes invocan el cañón.

El rechazo de un laureado de su talla, galardonado por defender los derechos humanos frente a regímenes de derecha apoyados históricamente por potencias occidentales, amplifica el eco de las dudas. 

Para Pérez Esquivel, el verdadero espíritu del galardón honra a quienes, como él, han arriesgado su vida en la defensa de la soberanía y la no violencia. 

Otorgar el premio a una figura asociada a narrativas de confrontación y soluciones bélicas, incluso en un contexto de lucha por la democracia, dinamita la credibilidad del galardón.

¿Paz o Estrategia Geopolítica?

El escándalo se profundiza con las críticas provenientes de otros ámbitos internacionales.

La propia Casa Blanca, a través de sus voceros, criticó la decisión del comité por "anteponer la política a la paz", sugiriendo implícitamente que la decisión fue un movimiento estratégico en el tablero geopolítico.

Esto, junto a las críticas de líderes como el cubano Miguel Díaz Canel

y diversas figuras de izquierda europeas y latinoamericanas, refuerza la tesis de que el Nobel 2025 se ha convertido en una herramienta más de presión internacional, desvirtuando su supuesta función de reconocimiento humanitario.

En esencia, la controversia del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado desnuda la tensión crónica entre la paz real y la paz política. 

¿Puede un premio de la paz honrar a una figura que ha promovido abiertamente la intervención militar, una de las formas más extremas de guerra? 

El Comité Noruego, al tomar esta decisión, parece haber optado por un reconocimiento al coraje de la lucha democrática y la resistencia contra un régimen autoritario, pero a un costo inmenso: el sacrificio de la coherencia moral y el principio fundamental de la no violencia que, hasta ahora, definía al galardón.

El rechazo de Adolfo Pérez Esquivel no es un simple desacuerdo; es un llamado urgente a la memoria de Alfred Nobel y a la esencia de un premio que corre el riesgo de ser recordado, no por la paz que honra, sino por la guerra que tolera.

EDV-NOTICIAS 

Jesús Fernando Rodríguez Prieto 


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